Inventario de una tarde y una noche en el Pistache

Reportes del ambiente swinger

Reportes del medio swinger-

Artículo 1

"Ella tiene el cabello morado, yo soy normal". Mientras saludábamos al conjunto de parejas desnudas del jacuzzi, buscamos a los que correspondían a la descripción que, unos minutos antes, nos había llegado por mensaje. Dar con ellos fue sencillo. Ella tiene el pelo morado y es hermosa. Nos alegramos, nos desvestimos e iniciamos nuestro proceso de socialización. Es un buen día, el sol es generoso y los asistentes del hotel son todos simpáticos. Además son guapos.

Artículo 2

Es una muñeca. Una muñeca con PhD que parece salida de una fantasía adolescente: Senos enormes con formato idílico. Turista académica.  El cabello color Marvel combina a la perfección con los lentes de espejo entintados. Es pequeña y de sonrisa extendida.  Científica con una de esas especialidades que suenan a Fulbright. Cada una de sus nalgas se adecua mágicamente a la forma cóncava de mi mano y a mi memoria. 

Artículo 3

Digo una pendejada, uno de esos chistes que hacen que Mariana se arrepienta de haberse casado conmigo. Pero ella se ríe. Se ríe y me abraza como premio. Los dos estamos desnudos y no hay ni una seña de incomodidad en el contacto. Nos conocemos desde hace mucho. En sentido figurado, tal vez. Ella, su marido, mi esposa y yo tenemos una historia de varios años atrás. Posiblemente, en una vida pasada cohabitamos en una comuna hippie. Recuerdo que no creo en las reencarnaciones y desecho inmediatamente esa idea. Pero hay gente que es así. Gente con la que tienes una historia común desde que la conoces.

Artículo 4

El cielo está especialmente estrellado. Prometimos organizar alguna actividad para enmarcar la "Noche de pelucas" pero al volver de la cena, la mayoría de los asistentes se había vuelto a meter al jacuzzi y las pelucas que, diligentemente, fueron traídas, yacían abandonadas en los camastros. Algunas afortunadas ocasiones no requieren dinámicas; algunos swingers son swingers motu proprio y van del punto A al punto B sin que nadie les señalice el camino. Confieso que ésos son mis favoritos.  Hay dentro del agua una rubia de pelo corto que me gusta mucho. También una mulata brasileña a la que no le he podido quitar el ojo de encima. También hay una chica guapa, cuya conversación deshinibida le aumenta doscientos puntos a su atractivo. Hay otra morena delgada con look de bibliotecaria sensual y por supuesto están Pink y la Nuez como un recordatorio constante de que, de este lado de la monogamia,  la vida es bella. En este momento, no me cambiaría ni por el sultán de Brunei.

Dos cuerpos descarrilados que no pueden dejar de tocarse. La marea de estímulos. Dos individuos jugando a ser furtivos frente a la mirada cómplice de sus cónyuges que juegan, a su vez, a ser furtivos.

Articulo 5

No sé si es la mano que baja por su espalda. No sé si su cadera se posó sobre mis piernas. Mi boca en sus senos. No sé, ¿un beso largo y con dientes? Una chispa. Lo que se puede definir con  sencillez abrumadora es que en medio del agua hay una chispa y el átomo que rompe el átomo que rompe el átomo. El beso, la mano, la pierna como pinza, el coño que aún bajo las olas se siente empapado. Dos cuerpos descarrilados que no pueden dejar de tocarse. La marea de estímulos. Dos individuos jugando a ser furtivos frente a la mirada cómplice de sus cónyuges que juegan, a su vez, a ser furtivos.

Artículo 6

Ella se muerde los labios entre beso y beso. Estamos hablando de uno de mis puntos más débiles.

Artículo 7

--¿Cómo está tu resistencia al frío?
--No es mucha.

Pero igual, sale del agua y se sienta sobre el borde para dejarme abrevar entre sus piernas.
Me diluyo. Ella se viene. Abre los ojos y pide disculpas a la audiencia. Es gracioso.

Artículo 8

Volver al deseo centrifugado. Manos, beso, labios, lengua diente, dedos, mano. Otra vez esa mirada. Otra vez los labios que se muerden y amenazan con besarme otra vez. Otra vez la fantasía adolescente y la Chica Orgasmo que cabe perfectamente bien entre mis brazos. Otra vez un delirio mojado que desvirtúa la hipótesis de que lo erótico mora solamente en lo prohibido. Aquí todo está permitido y, sin embargo, volar es un camino minado con paroxismos.

Artículo 9

Mirada de control. Mariana también gime en manos del extraño conocido. Todo en orden. Todo en felicidad.

Artículo 10

Mi mujer convoca a una asamblea urgente entre todos los participantes (entre los cuatro). Es mejor salir del agua, buscar refugio en una de las camas porque vamos a necesitar corriente eléctrica. Acomodamos toda la producción. Hay que conectar juguetes, dejar cerca los condones, preparar toallas húmedas y lubricantes. Hay que secarse para no entrar en hipotermia. Hay que acariciarse. Besarse. Hay que tenderse sobre la espalda. Abrir las piernas. Explorarse. Hay que colocar el vibrador en la mejor posición, regularlo en la mejor velocidad. Hay que mirarse. Mirar a la persona a la que se le está produciendo un orgasmo. Mirar a la persona con la que se está casado. Hay que extender las manos. Tocar otros pechos, otras nalgas, otros genitales. Hay que llenarse de gusto. Hay que dejarse guiar, aprender sobre la física, la química, la orografía fantástica de cuerpos radioactivos. Hay que ver a mi mujer lamiendo. Hay que dejarse ver, penetrando por primera vez y sintiendo como se apilan sensaciones. Hay que follar. Hay que dejarse follar sin pudor hasta quedar los cuatro exhaustos.

Artículo 11

Hay que cenar. Un par de rebanadas de pizza a media noche, no le vienen mal a nadie.

Artículo 12

Cuando volvemos los cuatro al agua, la fiesta sigue. Pink y Black armaron una conspiración poniendo un como pretexto unos tragos de Fireball. Funciona bien. Todos se besan, todos se ríen. Todos cambian de brazos y de abrazos. Se dejan ir al fondo de una noche de esas que, justo antes de morir, podremos ver pasar frente a nuestros ojos.

La mejor parte, senos de mujer en medio del mar con una barca
Victo Ngai, "La mejor parte"

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